El Partido Revolucionario Institucional (PRI) busca reformar su imagen a través de elecciones democráticas para elegir a su nueva dirigencia nacional y emplea nuevas narrativas de video para recuperar la confianza de sus militantes; desafortunadamente para su causa, las encuestas muestran un rechazo hacia sus personajes más visibles, más que cualquier otro partido del país, no siendo suficiente emular a AMLO para manejar el desprecio.
En días pasados líderes priístas el Senador Miguel Ángel Osorio Chong, el ex Senador Javier Lozano Alarcón, así como Eruviel Ávila Villegas, ex Gobernador del Estado de México, y el ex presidente nacional del partido René Juárez Cisneros han participado en una campaña crítica respecto a los primeros 100 días del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Lo que tienen en común estos materiales es el formato de video que emplean todos: es muy cercano al video blog, editados de manera que parecen ser improvisados, austeros, de bajo presupuesto, filmados en el interior de sus espacios de trabajo, y donde se observa a los priistas hablar de frente a la cámara con discursos breves y más personales.
Estos videos rompen con los protocolos que anteriormente caracterizaban al partido que gobernó a México por más de seis décadas continuas. En donde se regían por un código institucional y donde la comunicación se se diseñaba y elegía desde una oficina central; sin embargo, los videos que han publicado estos líderes priístas en las últimas semanas rompen con estos protocolos y parecen tener un corte más independiente e improvisado, una característica de la comunicación que a su adversario López Obrador del ha resultado efectiva para generar cercanía con sus simpatizantes y sumar millones de seguidores.
(Información completa disponible en Sin Embargo)
De acuerdo con la encuesta mensual difundida por México Elige así como por SDP Noticias, los personajes priistas de la política nacional, que se encuentren en funciones pero que no son mandatarios (ellos tienen otra evaluación) observan una característica en común:más de la mitad de la población los rechaza y la percepción dominante sobre ellos es que son pésimos.