La Hoguera
Emmanuel Ameth
Hoy por hoy, si la diputada plurinominal del Revolucionario Institucional (PRI) María Luisa Pérez efectuara una labor tan sencilla como cerrar una puerta, seguramente la dejaría entreabierta porque nada le sale bien.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) asestó un nuevo revés al trabajo de la pasada legislatura encabezada por la referida, principal brazo de la voluntad del ejecutivo estatal en el Congreso. Y no se trata de haberle puesto una raya más al tigre, sino que al tomarse una decisión unánime por parte del órgano colegiado, se ninguneó la labor de la autonombrada docta en leyes para dejar la reputación sobre su capacidad y conocimientos por los suelos.
En esta ocasión se consideró que el nombramiento por parte del Congreso de un Auditor dentro de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) que vigile, evalúe y confirme el cumplimiento de las funciones sustantivas y adjetivas a la Universidad interfiere y rebasa funciones de su mandato constitucional, dado que la revisión de los recursos públicos que se quiso implementar excedió los fines del Sistema Nacional Anticorrupción.
El bochorno es tal que no sólo no cumplió con la orden encomendada desde 4to piso sino que lo mal que se interpretó la Ley es ahora un precedente para el resto de las instituciones del país. Su máximo logro como diputada es el de ser un ejemplo de lo que no debe hacerse en el Congreso, que no es poca cosa.
Recapitulando un poco sobre su “labor” más reciente operada desde el Congreso del Estado se encuentra la de nombrar un Fiscal y un Ombudperson fuera del marco de la Ley; la de conceder al Ejecutivo Estatal mayores facultades sobre la Deuda Pública; la de haber redactado mal la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos -al grado de “mochar” la mayor parte de la misma y hacer referencia a artículos que en esa misma se derogaron-; así como también el de haber hecho reformas a la Ley Orgánica del Legislativo de manera errónea, de tal suerte que teniendo todos los elementos a su favor para formular una Ley que le otorgara al PRI el primer año de la Junta de Gobierno rotativa, sus descuidos y/o desconocimiento permitieron que Morena les comiera el mandado también por esta vía independientemente de la vía política.
ATIZOS
Las otras omisiones de sus empleados
Y como Rey Midas, aquello que tocó María Luisa Pérez se pudrió, como es el caso de los trabajadores del Congreso del Estado, mismos que incluso podrían ser juzgados, despedidos e inhabilitados hasta por 20 años dado el servilismo que prestaron a “su jefa”, por encima de los intereses del Estado y cometiendo ilegalidades dado que fueron obligados a cumplir sus órdenes pensando que no habría mayores consecuencias.
Ha sido tal el fanatismo hacia la diputada plurinominal -por segunda ocasión mediante esta vía- que en la página del Congreso se aprecia detalle de una Junta de Gobierno ilegalmente constituida y cuyo comunicado se envió al Periódico Oficial del Estado.
Y por otro lado, sobre los integrantes de la Mesa Directiva de octubre simplemente aparece la foto de los mismos. Incluso, pese a tener meses conociendo quiénes son los integrantes de la actual legislatura -que tuvo un solo cambio-, al día de hoy ni siquiera se dignaron en subir los perfiles de los diputados.
Para hacer su trabajo pues, son dolosamente omisos y para cometer ilegalidades son singularmente prontos y expeditos.
Afortunadamente para la diputada, puede caminar por las calles tranquila. Más allá de algunas huestes del PRI, el desconocimiento de la población sobre su figura la arropa para poder mezclarse como una más entre la multitud; aunque por otro lado, quienes saben de su labor, no le profieren precisamente piropos ni se trata de un orgullo el haber fraguado su carrera política en el servilismo hacia los poderosos por sobre el interés del pueblo.
