Pese a intentos de Ricardo Baptista de violar la ley, el PRI asumió presidencia de Junta de Gobierno del Congreso de Hidalgo
Juan Ricardo Montoya
Pese a los intentos de Ricardo Baptista González, coordinador de la bancada de Morena, no pudo retener la presidencia de la Junta de Gobierno de la 64 legislatura local y la tuvo que entregar al PRI.
En ceremonia a ’puerta cerrada’, alrededor de las 9:00 horas de la mañana del miércoles, Ricardo Baptista hizo la entrega oficial del cargo a la priista María Luisa Pérez Perusquía, quien a partir del 16 de octubre y hasta septiembre de 2020 fungirá como la nueva presidenta de la Junta de Gobierno que es el órgano encargado de administrar los recursos del Poder Legislativo.
Durante dos semanas, Ricardo Baptista y los otros 9 ’diputados’ del Grupo Universidad –los restantes 7 son de la facción de Morenistas Puros que no han querido sujetarse a los designios de Gerardo Sosa- intentaron violar la Ley Órganica del Congreso que establece la rotatividad en la Presidencia –esto es que las tres fracciones mayoritarias estarán al frente de esa instancia por un año- así como un acuerdo firmado hace un año ante la Secretaría de Gobernación para respetarla.
Primero, Batista intentó reformar la Ley Órganica para eliminar la llamada rotatividad para garantizar la permanencia de Morena durante los tres años y luego para buscar la creación de la llamada Junta de Coordinación Política con el fin de quitar atribuciones a la presidencia.
Ricardo Peralta, subsecretario de Gobernación federal, por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y por medio del diputado Víctor Osmind Guerrero Trejo, cabeza de los Morenistas Puros y enlace con el Congreso de Hidalgo- intentó persuadir, en diversas reuniones que tuvo con el coordinador de la bancada morenista de que desistiera de su propósito.
En una de las reuniones el funcionario de la Segob le sugirió que acatará el acuerdo y permitiera que la Presidencia de la Junta, en los próximos dos años estuviera al frente el PRI y el PAN.
Sin embargo, a los dos días de una reunión de la fracción de Morena del Congreso de Hidalgo con Yeidckol Polevnsky, secretaria general en funciones de dirigente nacional de ese instituto político y con el exgobernador de Michoacán Leonel Godoy –quien no tiene ninguna cartera en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido guinda- donde se había acordado respetar el acuerdo de la rotatividad, Ricardo Baptista en conferencia de prensa salió con la mentira de que se había acordado lo contrario.
Según el marco jurídico del Congreso, para cualquier reforma en la Ley Orgánica es necesario que sea avalada de una mayoría calificada de al menos 20 diputados.
Bajo este contexto, aunque Morena es la fracción mayoritaria, necesitaba tres votos de legisladores de otras fracciones para que la reforma fuera avalada.
Baptista contaba con el apoyo de Arely Maya del PAN; Marcelino Carbajal Oliver de Nueva Alianza y Crisóforo Rodríguez Villegas del PES.
No obstante los dos últimos fueron citados a Segob donde fueron convencidos por Peralta para no respaldar las intenciones ’reeleccionistas’ al frente de la Junta de Gobierno de Baptista. Así, sin su respaldo, Baptista sólo contaba con los 17 votos de la fracción y uno más de la panista Arely Maya sumando un total de 18 de los 20 sufragios que necesitaba.
Pese a ello, el pasado viernes la mayoría morenista en la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales dictaminó una iniciativa para crear la Junta de Coordinación Política con más facultades que la Junta de Gobierno,
para desgracia de Baptista y el Grupo Universidad el documento no fue firmado por uno de los diputados de la facción de los puros, que integran la comisión por lo que no fue subida al pleno de la Cámara de Diputados para que fuera votada y avalada antes del relevo en la presidencia de la Junta.
Esa iniciativa establece que la Junta de Coordinación estaría los tres años a cargo de la fracción mayoritaria y que entraría en vigor en 2020. Por lo pronto permanecerá en la congeladora.
