La Hoguera
Emmanuel Ameth
Para tratar de restar credibilidad y legitimidad a una manifestación pacífica y justa que se diera esta mañana en el Congreso del Estado de Hidalgo, la institución comunicó mediante sus canales que se habían vandalizado sus instalaciones y que hubo diversos vidrios rotos; sin embargo, las fotos tardaron horas en llegar y pese a los sistemas de videovigilancia, no captaron el momento en el que presuntamente ocurrieron los hechos, por lo que se presume que obedecieron a un montaje.
La sesión legislativa del día de hoy pretendía otorgar al ejecutivo estatal facultades que actualmente atañen sólo al Congreso, como la reestructuración -aumentar plazos de pago- y refinanciamiento -incremento- de la deuda pública, además de nombrar una presidencia rotativa modificando incluso la Ley Orgánica, entre otros asuntos igual de polémicos que se suman a los albazos de los últimos días en los que por instrucciones de Omar Fayad, trataría de blindar la actual legislatura los años de gubernatura que le restan, los cuales podrían ser los últimos en los que el tricolor gobierne Hidalgo.
En una primera instancia, se dieron a conocer fotos en las que se aprecia a manifestantes en la entrada principal del Congreso, la cual se mantenía cerrada. Allí se aprecia que en ese momento, nunca fue roto un vidrio; las autoridades se encontraban presentes.
Sin embargo, ya en una toma posterior en la que no se encontraban los mismos, se aprecia que la puerta habría sido “desmontada”, que no rota. En ese sentido llama la atención primero la dificultad que supone desmontarla desde afuera -o habría qué hablar con los contratistas-, además del cuidado con el que se hizo para no romperla (en este caso para cuidar su misma integridad), algo que incluso haciéndose por dentro, corre el riesgo de quebrarse.
Pero la segunda foto es más sospechosa. Atendiendo que los manifestantes, violentos e iracundos como se les describió, ingresaron al inmueble con la finalidad de vandalizar las instalaciones, llama la atención que en un espacio tan estrecho, rompieran sólo un vidrio de forma ‘limpia’, esto es, evitando que los restos que caen de la película se expandieran por la habitación, no tocando escritorios ni computadoras allí presentes y ni siquiera moviendo sillas que hasta ruedas poseen. La habitación, estrecha repito, observa tal orden, que pareciera que simplemente se quebró un vidrio, de forma posterior a la manifestación, para confirmar las versiones, pero como un trabajo interno y de daños controlados.