Ley Trasciende: la libertad de elegir el último respiro


Hay temas que estremecen, que dividen opiniones, que obligan a mirar de frente lo que la sociedad ha preferido esquivar: la muerte

Ley Trasciende: la libertad de elegir el último respiro
Política
Octubre 27, 2025 13:56 hrs.
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Ley Trasciende: la libertad de elegir el último respiro

Por: Antares Cervantes
Disidente

Hay temas que estremecen, que dividen opiniones, que obligan a mirar de frente lo que la sociedad ha preferido esquivar: la muerte. Pero hablar de ella no es hablar del final, sino del sentido mismo de la vida. En México, la Ley Trasciende ha encendido ese debate con una propuesta tan humana como valiente: reconocer el derecho de cada persona a decidir cómo vivir su último tramo, con dignidad, serenidad y libertad. Un acto de humanidad, no de renuncia

La Ley Trasciende no promueve la muerte, promueve la decisión. Busca que los pacientes con enfermedades terminales o dolor irreversible puedan elegir si desean continuar con tratamientos invasivos o, por el contrario, optar por cuidados paliativos que alivien el sufrimiento. No se trata de rendirse; se trata de tener la voz y el control cuando el cuerpo ya no responde, cuando la medicina solo alarga la agonía, no la vida.

Esta ley representa un cambio profundo: pasar de morir en el silencio del hospital, rodeado de máquinas, a hacerlo con palabras propias, rodeado de amor y paz.

Los pilares que sostienen la Ley Trasciende son la Autonomía Total, cada persona decide sobre su cuerpo, su tratamiento y su final. Dignidad Hasta el Último Aliento, ningún ser humano merece sufrir solo por falta de opciones legales. Cuidados Paliativos Garantizados, la ley exige atención integral: alivio del dolor físico, emocional y espiritual. Seguridad Jurídica, evita conflictos familiares y decisiones médicas forzadas; lo que el paciente decida, se respeta. Libertad de Elección, no es obligación, es opción. Cada quien elige cómo cerrar su historia.

México es un país que ha aprendido a reírse de la muerte, pero aún teme hablar con ella. La Ley Trasciende no pretende cambiar las creencias, sino invitar al respeto. Respeto a quienes quieren luchar hasta el final, y respeto también a quienes desean partir sin dolor, con la frente en alto y la conciencia tranquila. Verla como opción es entender que la dignidad no termina cuando se enferma el cuerpo, y que elegir no es un privilegio, sino un derecho.

Más allá de lo legal, esta ley abre un debate que México necesita: ¿estamos preparados para reconocer la muerte como parte natural de la vida? hablar de ella no nos hace más fríos, nos hace más humanos. Porque solo cuando aceptamos el final, valoramos de verdad el camino.

Elegir también es vivir, la Ley Trasciende no busca acelerar la despedida; busca que el adiós sea nuestro. Que nadie más decida por nosotros cuándo dejar de luchar. Que podamos mirar al horizonte y decir: ’Hasta aquí llego, pero llego en paz.’

Al final, el mensaje es claro y poderoso: no se trata de morir antes, se trata de no sufrir en vano. La vida, incluso en su último respiro, debe ser libre, eso, más que una ley, es un acto de amor.

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