La Hoguera
Emmanuel Ameth
A sabiendas de que su causa era perdida derivado de que su autonombramiento como primeros representantes de la Junta de Gobierno del Congreso de Hidalgo era ilegal, ratificándolo posteriormente al ’ceder’ la presidencia a Morena, la presidenta del Grupo Parlamentario del PRI María Luisa Pérez, gastó en la colocación de una reja que impidiera el acceso al cuarto piso de la Torre Legislativa y no sólo eso, sino que cuidó el anonimato de sus proveedores.
Lo anterior obra en la solicitud de transparencia foliada con el número 00799618 en la cual se contestó que el capricho antidemocrático de los priistas costó al erario 14 mil 152 pesos, pagados íntegramente dado que como no salió de su bolsa, se podían dar el lujo de eso y más.
Lo aberrante del asunto, más allá de colocar una reja por la necedad de negarle acceso a quienes los ciudadanos eligieron como sus representantes -a diferencia de los 4 legisladores del PRI, 3 de los cuales son plurinominales-, es que protegieron al proveedor de la misma con un argumento que obra en contra del espíritu de transparencia con el que deben conducirse.
Si el costo, en apariencia, no fue gravoso ¿por qué ocultar la identidad del proveedor?
Según versiones que cubren al interior del Congreso, porque por muy “pequeño” que haya sido dicho trabajo, no es el único y en masa, representan un costo considerable que de hecho beneficia a los mismos priistas que dan mantenimiento a las instalaciones del edificio del PRI en Hidalgo y que también colocaron sus rejas en los puntos de acceso.
¿Cuál es el miedo a revelar al proveedor si sólo representa una raya más al tigre, uno que carece de toda credibilidad y confianza ciudadana, pues como se afirmó en este medio gracias a los datos del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), a las propias personas que comen del PRI les avergüenza declarar su militancia?